Dos décadas antes de la “presentación en sociedad" de su famosa ley de gravitación universal, Newton andaba intrigado por la forma en que las plantas lograban transportar el agua desde sus raíces hasta las hojas,saltándose aparentemente la ley que después enunciaría.
Lo cuenta David Beerling, del Departamento de Ciencias Animales y Plantas de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) en “Nature Plants”, donde se reproducen unas anotaciones del cuaderno de notas que Newton tenía en su época de estudiante, entre 1661 y 1665. Como persona muy metódica, lo que se refleja también en su caligrafía, en él dejaba por escrito sus ideas y reflexiones sobre los muchos temas que le intrigaban.
Entre esas ideas, una pretendía explicar precisamente cómo las plantas son capaces de extraer agua y nutrientes del suelo a través de las raíces y “subirla” hasta sus tallos en ausencia de un sistema de bombeo semejante al corazón de los animales.
Para solucionarlo Newton proponía como motor a la luz, que empujaría las moléculas de agua hasta los “poros” de las hojas, donde al evaporarse crearían una fuerza de succión capaz de mantener la circulación de la savia de las plantas. Esa idea se adelantó en dos siglos a la explicación aceptada actualmente.
Hoy sabemos que la luz, como motor de la fotosíntesis de las plantas, es la que hace posible la transpiración, que a su vez permite el movimiento de los nutrientes y el agua desde las raíces a las hojas gracias al “sistema circulatorio” de los vegetales, ya se trate de hierbas o los árboles más altos del planeta.
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